Crónica de un día muy agitado. El consejo académico ha sido expulsado de la UIS
Eran la ocho de la mañana, habían cerrado la Universidad, pero el estudiantado estaba entrando masivamente al campus. Los estudiantes abrieron el centro del conocimiento al diálogo, y en este sentido inició una asamblea general para promover nuevamente el debate que el consejo académico coartó cerrando por más de dos semanas el Alma Mater. Nuevamente se dio la discusión sobre las medidas de presión que el estudiantado debe hacer a través del movimiento está generando. Los estudiantes con todo el ánimo y disposición de hacer efectivas dichas medidas, porque todos (o bueno, una grandísima mayoría) quiere que Camacho se vaya de la UIS, por dignidad, por ética, por respeto… por todo, fuera Camacho de la UIS, sin embargo hoy vimos que no es suficiente con que se vaya Camacho.
Bien, se decidió emprender el muro en admisiones durante la mañana y no en la tarde como fue otra propuesta. Inmediatamente los estudiantes se levantan de la plazoleta y una multitud emprende camino. Llegados a edificio de Admisiones dicen que hace falta más arena y más ladrillos; entonces se convoca una marcha más pequeña de estudiantes para que vayan a Humanas donde se decía habían más ladrillos y si no pasar a una ferretería.
Entonces, el panorama a eso de las 11 de la mañana era: un grupo de estudiantes en la ferretería, otro grupo en el burladero manteniendo el cierre y el grupo más nutrido en admisiones dando apoyo a los estudiantes que tapados la cara echaban pica y pala para hacer la mezcla que sostendría los simbólicos ladrillos del muro del inconformismo estudiantil. En ese momento un estudiante se percata de la presencia de una cámara en el edificio del INSED que cubre totalmente la vista del parqueadero que da a Admisiones. Entonces se hace necesario quitarla (si ven, confirmado hay paracos, porque eso es una actitud paramilitar de control y vigilancia, quien sabe con que fines, ¿plan pistola?). Así la cosas la gente ya estaba un poco enardecida por al confirmar las sospechas de que somos objeto de control a través de quien sabe cuantas cámaras más.
Intempestivamente llega el profesor Ayala e ingenuamente los estudiantes en su interés real del diálogo le permiten hablar con la asamblea, pero no demoró mucho este en destapar lo que traía detrás: al consejo académico en pleno: la señora Sofía Pinzón, el señor Álvaro Torrado, el señor Horacio Rosales, el señor Sergio Igsnardo, Alonso Silva, Cristian Blanco, Olga Cecilia e Iván Rojas junto a nutrido grupo de celadores motorizados de seguridad privada.
Mientras tanto en la portería de la 25 se hacia presentes los celadores para instalarse en la Universidad, pero ellos no contaban con que justo en ese momento llegaba la marcha enviada a la ferretería. Un gran número de estudiantes con ladrillos en sus manos los rodearon y pidieron su salida inmediata del campus, cosa que se dilató por unos momentos. Aún así los celadores molestos salieron y los estudiantes continuaron el camino hacia admisiones cuando oh sorpresa, la muchedumbre enardecida de estudiantes está acompañando a los señores hacia la salida, los estaban expulsando literalmente de la que consideran su Universidad, pero nosotros éramos muchos más. Sin los perros guardianes (los celadores) ellos estaban literalmente en la boca del lobo y no nos digamos mentiras fue un total provocación. Los señores directivos llegan al lugar donde se construye el muro a intentar disuadir una decisión de la asamblea y a burlarse de los estudiantes en sus caras con la clara intención provocadora para salir ellos víctimas del hecho. Pero fuimos más inteligentes. Aunque no evitamos el roce si evitamos el enfrentamiento. A pesar de que el profesor de Química Cristina Blanco cacheteó a un estudiante para intentar quitarle la cámara con la que lo grababa a él y los estudiantes que entre arengas y consignas eran literalmente expulsados de la Universidad. Este profesor junto al profesor y director de planeación Alfonso Silva quisieron quedarse y propiciar situaciones de choque que los estudiantes no permitieron que sucedieran. Ellos seguramente creyeron que o los sacamos, es decir, los convencemos o nos hacemos cascar para luego ir directamente a Medicina legal a denunciar el salvajismo estudiantil. Pero ni lo uno ni lo otro, más bien ellos se salieron de casillas al amenazar estudiantes diciéndoles textualmente: “cuídese mucho, Ud., si Ud., cuídese mucho”. Nada más que acciones de provocación que para legitimación de movimiento estudiantil fue a nuestro favor. No se pudo partirle un huevo en la cabeza al ilegítimo consejero presidencial, perdón, consejero administrativo de Camacho Pico, pero supongo que por eso no judicializan a estudiantes, ¿o si?
Finalmente, el consejo fue expulsado de la Universidad y ellos toman taxi, pues como se sabe tenían miedo de que les dañaran sus carritos, por eso no los trajeron. El profesor Ayala, el señor que dijo en TVC (y después quiso retractarse, pero ya fue demasiado tarde) que los estudiantes prácticamente éramos de las FARC (típico discurso antiterrorista del gobierno dela Seguridad Democrática) se quedó un rato más explicando a los estudiantes que a través de los cierres no se conseguía nada, pero él con sus intervenciones lo hace es generar mucho más caos entre la comunidad, pues él mismo lo dijo: “yo no puedo tomar posición porque pertenezco al órgano colegiado, el consejo académico”, así que si piensa como el consejo entonces ya no teníamos más que hablar con él. En la tarde, la situación estuvo más calmada, se dio en el punto neurálgico de hoy: Admisiones. Se realizaron actividades deportivas y lúdicas en ese parqueaderos y se dio la entrevista a los medios de comunicación para que vieran nuestro acto simbólico del muro.
La actividad aunque provocadora fue un éxito, ellos se fueron intactos de la Universidad pero EXPULSADOS por el estudiantado, totalmente deslegitimados ante la opinión pública, porque son un séquito que tiene tendencias paramilitares, porque paramilitar no es solamente el que empuña un fusil también es que reduce la calidad académica por obtener más beneficios económicos individuales y olvida totalmente la función social de la Universidad Pública. LOS EXPULSAMOS, quedará para la historia aquel acto épico de la fuerza estudiantil y de las cosas grandes que la organización estudiantil puede hacer si trabaja unida. Esto más que simbólico es un aliciente para continuar con nuestros objetivos porque UIS somos todos y el futuro será nuestro solo si apuntamos con ideas y hechos contundentes sin recurrir a las actividades irracionales.
10 de junio de 2009
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