La celda

Hay ahora en esta tarde fresca o humeda o calurosa incautos capturados extrañamente en la soledad de noches y calles o en la desprevenida humareda de gentes que se da en las movilizaciones populares... hay calabozos abotagados...

Hoy escucho las historias de los esaparecidos, de quienes rieron en la tarde y de repente se les oscureciò el dìa y la vida, porque ya no estaban, no estaban en ninguna parte.... el nùmero de cèdula parecìa no existir y los recuerdos de sus madres parecìan solo un desvarìo... pues el Estado dice no reconocer la vida de quienes se han perdido....

Hay voces que se indignan al ver a nuestros hermanos encerrados, pues aluden a la idea de libertar, una libertad liberal... ahora pienso en la posibilidad de comunicarnos, la posibilidad de contar una versiòn, una versiòn que se repite en cada esquina, una versiòn que si bien no està institucionalizada bien representa lo que es vivir en las calles de este paìs... hablo de poder alzar la voz, no con el rencor en la palabra, sino con la exigencia de ser escuchado...

Aunque dicen que el tiempo lo cura todo, còmo curar ese rencor que se posa en la mirada, el rencor que nace solo al pensar en el Estado de las cosas?...